Onda y Particula

 

ONDA Y PARTÍCULA

Todo es dual, doble, especular, hasta lo más simple, un fotón, tiene una naturaleza dual que incluso es simultánea en el tiempo. No es que cambie de onda a partícula física o de partícula a onda vibratoria inmaterial, es que es las dos cosas a la vez, y sólo nuestro afán de concreción precipita nuestra percepción hacia una sola de sus dos naturalezas, a elegir. Nosotros elegimos, puede que casual e inconscientemente, pero somos nosotros los que filtramos lo que percibimos.

Esta dualidad de las cosas que empieza en lo más elemental, se extiende paulatinamente a todos los órdenes superiores. Hablamos muchos de la Unicidad del Universo, del Todo como Uno, pero no hay en realidad un Universo, sino dos, y no un Todo, sino dos, etcétera. Podría decirse que la dualidad es única; y desde luego que hay algo que es único: esa Dualidad que existe doblemente.

Para entenderlo mejor quizás haya que tomar un ejemplo dual y observarlo y examinarlo, y luego extrapolarlo a todo lo demás, porque es como un fractal que se extiende idéntico por arriba y por abajo, y por todas las demás dimensiones. Consideremos, por ejemplo, materia y espíritu, o cuerpo y alma, que tomados globalmente no son dualidades muy distintas de la onda y la partícula, o de la función y la forma. Por cierto, que función y forma es la dualidad anterior a todas las demás y de donde surgen todas ellas.

Hay una pregunta muy sencilla que surge en este momento, ¿Podría existir, en el caso del fotón, onda sin partícula, o viceversa? La Física nos dice que ambos son lo mismo, que es una sola naturaleza doble, y que no se entendería un fotón onda sin el fotón partícula, ni al revés tampoco.

En el caso del cuerpo y el alma el problema y la solución no son tan obvios porque la complejidad se nos antoja mayor, pero aún así es exactamente lo mismo, porque lo que sucede a nivel elemental se extiende por igual a todos los niveles. El cuerpo es la forma, o la materia, o la partícula; el alma es la función, o el espíritu, o la onda o vibración dotada de energía. Son dos manifestaciones dobles y simultáneas de un mismo fenómeno que llamamos Ser.

Pero entonces ahora viene la pregunta mayor y más polémica. ¿Podría existir el alma sin el cuerpo o el cuerpo sin el alma? Evidentemente, no, pero llevamos siglos y milenios creyendo lo contrario.

Se dice que hay cuerpos sin almas y también que hay almas sin cuerpos y todavía hay mucha gente en el mundo, la gran mayoría, que cree en eso. Ni aún con los nuevos conocimientos y con los nuevos paradigmas que estamos viviendo se consigue traspasar ese tupido velo que los antiguos arrojaron sobre nosotros. Las conciencias son ganadas una y otra vez, generación tras generación, por la ilusión de la inmortalidad, a pesar que nos rodea lo evidente, y a pesar de que tenemos el intelecto, que en ambos casos nos señala a gritos la verdad de las cosas, y es que nadie sobrevive y nada perdura. Pero no queremos ni podemos oírla. 

No tenemos más remedio que aceptar que el cuerpo muere, porque llega a maloler y lo vemos pudrirse, pero entonces en nuestra desesperación nos agarramos al alma, que no se ve ni se huele, y decidimos que ella sí es inmortal, ella es nuestra salvación, la que nos salva de una aniquilación total inaceptable. 

Y construimos bellas entelequias espirituales, magníficas construcciones mentales que son como autopistas hacia la inmortalidad del Ser. Nacen las religiones, que perdurarán por siempre, mientras no haya un modo de vencer a la muerte, y nacen las reencarnaciones, donde el Ser -o una mitad del Ser, habría que decir-, transita presuntamente de cuerpo en cuerpo en otro viaje interminable hacia el mismo destino que podría encontrar en uno solo.

Mientras el ser humano no acepte su muerte inapelable y total, su desaparición completa, el ser humano está en manos de la superstición, por muy bella que ésta sea. Desgraciadamente el alma también se descompone en sus unidades elementales. Los chinos antiguos lo dijeron: "todo lo compuesto se descompone". ¿Qué hace pensar que el alma no es una composición de ondas, una agrupación de frecuencias energéticas elementales, que también se diluyen en la nada?

Sólo nuestra desesperación por sobrevivir.

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